Alma hecha añicos

Nunca sabemos cuando vamos a oler, sentir, mirar o saborear algo por última vez.
Es imposible predecir cuando nos vamos a ir.
Aun tengo en mi piel, grabado tu olor
en mis manos las tuyas, esas últimas palabras,
esa última mirada, ese último beso y caricia.
Y sin saber que seria el último, curiosa la vida, amor a raudales como cada día, a cada hora, en el mismo lugar.
No sé como la tierra sigue girando, ni como el sol sale y se esconde cada día.
Sin ti.
Sin ti, nada es igual, nada sabe igual, nada vibra igual.
Echar de menos a alguien es sinónimo de sentir cierto vacío,pero aunque suene contradictorio me siento más llena que nunca, llena de ti, de tu luz, de tu amor, de tus lecciones, de tu bondad,de tu legado, de tus palabras, de orgullo, mucho orgullo.

Quizás llegados a este punto he sabido lo que es amar de verdad, sin mirar, sin tocar, sin hablar.
Y aun así amar con el alma hecha añicos, en todas las dimensiones del tiempo y del espacio.
Así como si a través de un agujero de gusano nos pudiéramos “ver” sin mirarnos, así, quiero sentir que estas más cerca de mi aunque un segundo para ti allí sea una eternidad para mi aquí.

Así con el alma hecha añicos, imaginándote saltar entre galaxias, sonriendo, corriendo, riéndote del mundo.
Pero guárdame allí un rinconcito junto a ti, para cuando atraviese el plano porque entonces, solo entonces se unirán los pedazos.
Siempre juntos como Rick y Morty💚

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